viernes, 28 de agosto de 2009

Viaje al Congo

Faltan 19 días para partir al Congo; hoy recibí la visita de Horacio, el personaje de la película, y me quedé más tranquilo. Horacio tiene una particular forma de expresarse que da seguridad. Y claro, él ya ha estado en el Congo y conoce el paño. Uno de los temas que me tenía más inquieto era el de el relacionamiento con los congoleses. Tenía miedo de irrumpir con una cámara en la aldea y que me tomaran como un irrespetuoso; no tenía idea de a quien dirigirme, o si habría alguna autoridad local, o un anciano, policía, lo que fuere. Para mí es importante que todo el mundo que entra en contacto con la producción conozca, al menos mínimamente, además de la historia, el respeto y amor conque todo el equipo está encarando el trabajo. Una zona tan vapuleada y manoseada, tan llena de imágenes atroces que pueden resultar sensacionalistas, debe haberse sentido más de una vez invadida, usda y distorsionada por la visión de quienes, trabajando para diferentes medios, se llegan hasta allí. Lo diferente de nuestra película es el acercamiento humano: Horacio, quien viaja al Congo, convencido o no de su misión, principalmente movido por la oportunidad de hacerse un dinero extra, termina teniendo una fuerte experiencia de humanidad que le cambia la vida.

Pero volviendo a mí, ahora estoy más tranquilo. Con las tropas uruguayas trabajan unos lugareños que conocen todo, y a todos. Ellos te guían y te dicen por dónde ir y a dónde mejor no meterte. Porque tienen contactos y manejan el lugar. Tienen dos caras y trabajan para ambos lados. Gracias a ellos no hay necesidad de llegar al enfrentamiento. Dicen los militares: cuando no puedes con el enemigo, mejor vé a verlos y tómate un vino con ellos. Es el viejo estilo “a la uruguaya”.


Hay más información del proyecto en www.librecine.com


y un trailer en www.vimeo.com/5166502


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