miércoles, 29 de abril de 2020

Los versos de Zacatecas

El Sol de Zacatecas Autoridades del Festival Internacional de Cine de Zacatecas supuestamente premiando a algún colega mío.

Cuando acabé de escribir este artículo le eché una mirada a la foto que lo acompaña. Decidí cambiar el comienzo por este pensamiento: Miro la foto y veo a dos tipos de corbata entregando algo a otro barbudo y arrugado. Y me pregunto: ¿cómo sé que ese algo (premio) va de acá para allá y no de allá para acá? Las imágenes no necesitan de Photoshop para estar manipuladas.
En enero nos enteramos por una amiga de que “Los versos salvados” había ganado el Festival de Zacatecas, México. Por más que para mí el cine no tiene nada que ver con competencia —reitero y enfatizo, absolutamente nada— siempre reconforta obtener algún tipo de reconocimiento a nuestro trabajo. Además, por supuesto, un poco de dinerito siempre viene bien a los flacos bolsillos de un cineasta, documentalista, para mayor drama. Por lo que hemos visto en la prensa, el Festival Internacional de Cine de Zacatecas contó con mucho apoyo y seguimiento por parte de autoridades y público zacatecano. Según internet, Zacatecas es una hermosísima ciudad colonial que, desde 1972, se cuenta como una perla más del collar patrimonial de la humanidad engarzado por la UNESCO. Me hubiera gustado muchísimo, ¡cómo no!, estar presente en el festival. Para los documentalistas, un festival es un espacio de encuentro, cara a cara, tal como nuestro cine lo ha hecho desde siempre. Es muy difícil para el documental de autor hacerse de un lugar dentro de los monstruos comerciales e industriales que difunden películas. Nuestro nicho pues, el de los documentales, es el de esos pequeños espacios (pequeños, pero inquietos y numerosos) al que generalmente llegamos con nuestra peliculita bajo el brazo —y con el proyector, y con los parlantes, y con la compu, y con...). Por todo esto, un festival que se interese por nuestro cine va muchísimo más allá que la alfombra más roja del más encumbrado de los Óscares: es una gran cosa. Me hubiera gustado mucho estar en Zacatecas. Pero, claro, todo eso cuesta. También me hubiera gustado que alguien del festival se hubiera comunicado con nosotros para decirnos que “Los versos salvados” había sido elegida como mejor película. Me hubiera encantado recibir la obra de arte que supuestamente había de premio. Y me hubiera venido muy bien que me enviaran el premio en metálico. Pues bien, ya van 4 meses y aún no hemos tenido noticia oficial de nada. Es tal la desazón que siento, de verdad, que me he quedado con ganas de mandar todo al diablo y dedicarme a otra cosa. En este mundo donde los cartones mandan, un reconocimiento en un festival es un tinkiñazo a la carrera. Es como cuando en un remate hay una primera mano que se alza; es una apuesta. Y "Los versos salvados" se ha quedado ahí, habiendo ganado la carrera que le tocó, pero sin haberse abierto la gatera —y la gatera sigue aún cerrada. Pero bueno, esto no es más que una metáfora. La realidad es este sabor amargo. Me consuela al menos saber —aunque es triste comprobarlo— que cine no tiene nada que ver con competencia.

Aquí el trailer de “Los versos salvados”
https://vimeo.com/256437587

Aquí la prensa
https://www.elsoldezacatecas.com.mx/cultura/cine/termino-el-zacatecas-internacional-film-festival-peliculas-producciones-premios-los-versos-salvados-ya-no-estoy-aqui-4720393.html

1 comentarios:

A las 30 de abril de 2020, 7:45 , Blogger huaxolotl ha dicho...

Estimado amigo, te mando un saludo, desde hace mucho tiempo que me parece que la hisotria de las competiciones, en cualquier actividad humana, es perniciosa y no constructiva. Alguna vez te envié algunos materiales míos con la esperanza de aparecer por Uruguay, gran país y con muy buenos amigos por allá, no muchos pero muy buenos. También te compartí un texto que ejemplifica el porque de mi quehacer con el cine, reflexioes para mí mismo principalmente. En fin, los festivales de competición, para mí, no son la nota. Es un acto imitativo de las costumbres hollywoodescas, lo que te pasó en Zacatecas, no es raro, es muy freceutne. Los festivales, en general, suelen ser el negocio establecido de cofradías, clubes y capillas. Te mando un abrazo manito y a seguirle dando.

rafael.rebollar@gmail.com

 

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