martes, 6 de marzo de 2012

Concierto Triple

http://www.youtube.com/watch?v=oxjGQRIPnQw

Miro por youtube el Concierto Triple de Beethoven interpretado por tres gandes: Daniel Baremboim, Isaac Perlman y Yo Yo Ma y pienso: ¿qué y para qué es que estudian tanto los músicos? Más allá de talentos o genialidades innatas el estudio es lo que en verdad marca la diferencia. Pero... estudio de qué? En el cine documental resulta bastante obvio que uno debe conocer el tema que va a proponer, debe saber dominar cuestiones técnicas, de lenguaje, de historia, en fin, cosas que se estudian y que son muchas, pero, quizás, si analizamos algo no tan obvio como la música nos daremos cuenta de cosas más sutiles. Qué es lo que estudia un músico? Vemos el concierto y nos damos cuenta, por supuesto, que primeramente se debe estudiar cómo tocar el instrumento, vamos... poner el dedo en el lugar y momento justos. Hay que saberse la obra y... saber transmitirla. Bingo! That´s the question. Los ingenieros de sonido saben sobradamente la dificultad que conlleva grabar música clásica, las muy sutiles variaciones de volumen y matiz tornan la tarea en algo imposible de lograr (aún, y especialmente, con los más modernos aparatos digitales). Ahí está el secreto. ¿Y qué es eso? Es el alma humana expresándose. El arte es siempre una flecha lanzada desde el alma del artista hacia el alma de otro ser humano. El estudio es lo que enriquece el alma del artista, un estudio que va más allá del dominio de su técnica. El artista se nutre y enriquece su alma viviendo intensa y conscientemente su vida. El conocimiento no se detiene y su alma se renueva día a día, a cada momento. Cuando Yo Yo Ma cierra los ojos transparenta un rojo té sobre el blanco de una porcelana; la seriedad de Baremboim impone un respeto marcial, dicta sobre orquesta y teclas; Perlman, más alejado, está en un goce desgarbado, como sentado en chancletas bajo una parra de verano. Eso no es "saber tocar el instrumento"; es el resultado del estudio de la materia más importante del arte: el goce espiritual.