martes, 4 de septiembre de 2012

Acerca del miedo

El principal temor del hombre es quedar a la intemperie. Desde tiempos remotos, nuestros antepasados escapaban a la noche refugiándose en cuevas. Además de protegerse de factores climáticos y proveerse calor, lo primordial ha sido siempre la compañía del grupo para sobrellevar la angustia de saberse cercados por lo desconocido (esto estaba todavía muy lejos de la solidaridad, valor que fermenta en espíritus más elevados). Ante la duda de lo desconocido, la razón aconseja actuar con precaución, pero ante la ignorancia total no hay razón que valga. El miedo opera por ignorancia y dominará mientras esta persista. Contrario a la ignorancia es el conocimiento. Pero conocer, siguiendo con el ejemplo, no significa saber que afuera no hay ningún peligro cerca, y por eso salir de la cueva; eso es saber una cosa concreta. "No tengo miedo porque sé que afuera no hay un oso". Eso no vale de nada, saber cosas no significa liberarse del miedo. Así opera el terrorismo; terrorismo no es que explote un auto, sino que yo no pueda dar un paso por la calle sin pensar que cada auto que está estacionado va a explotar. El miedo no se vence por salir a la calle, ni por salir de la cueva, pues lo seguiremos llevando dentro de nosotros. Con suerte lo podremos olvidar, pero eso tampoco es derrotarlo. Conocimiento tampoco es creer que no hay nada, o que nada me va a pasar, porque eso es fé. La fé es irracional. ¿Qué es conocimiento entonces? Creo que nada tiene que ver con la verdad (si hay o no peligro, si me va o no a suceder algo). El conocimiento es parte de un proceso que, como tal, contiene todos los pasos que le antecedieron. El miedo y su primaria defensa, la fé, son ambas externas; algo externo a mí me amenaza y algo externo a mí me defiende. Una relación diferente comienza a ebozarse cuando el hombre toma conciencia de su papel de rehén se y rebela. Es en el momento maravilloso de la duda cuando nace el individuo. La duda despierta la curiosidad y con ella el deseo irrefrenable de estar a la intemperie. Conocimiento es el goce pleno del miedo, que seguirá estando por siempre. Tal paradoja no es otra cosa que la libertad.

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