viernes, 24 de agosto de 2012

Una gran maleta llena de aire

Tenía yo 22 años cuando Martínez-Suárez vino a Montevideo a darnos un taller a la Casa de la Cultura del Prado. Creo que fue el mejor aprendizaje práctico de cine que he recibido en mi vida. Nosotros y el trabajo fuimos un desastre, pero verlo moverse a Josesito fue un placer. Libertario rabioso y hombre de refinadísima cultura fue quien, estoy segurísimo que a propósito, sembró en mí mucho de quien soy hoy. Quiero recordar un breve diálogo que tuvimos en la clase.


Parte 1


YO -Vió tal película?

MS - No.

YO - Y tal otra?

MS - No

YO - Pero esta sí la tiene que haber visto!

MS - Yo no veo películas, las hago.


Parte 2


Había yo visto por esos días "Pret a porter", de Robert Altman. No me había gustado mucho, pero me había impactado la toma del comienzo. Entonces el diálogo continuó así:


YO - Y no vió la última de Robert Altman?

MS - Hace años que dejé de ver a Robert Altman.

YO - No le gusta?

MS - No dije que no me gustara, dije que dejé de verlo.

YO - Porque no le gusta más...

MS - No, porque ya no tiene nada más para mostrarme.


FIN


Tengo hoy casi 44 años; he completado una nueva vida desde ese no tan lejano rincón del Prado de Montevideo. Ahora logro entender lo que mi profesor me quería decir. Con gran sabiduría decidió no agregar más y dejármela picando. Estos veintidós años que han pasado han sido nada menos que mi juventud! He intentado, con apasionada y desprolija inconstancia, hurgar, desarmar, cuestionar y devorar el mundo que me ha tocado habitar. Me gusta siempre jugar a hacer mentalmente la maleta que me llevaría a la isla solitaria. Cada vez me cuesta más decidirme, y no precisamente por la cantidad de cosas que quisiera cargar, sino porque no encuentro nada que me haga falta. Por supuesto que estoy muy lejos de saberlo todo, cosa imposible para un hombre, pero la base del asunto no es saber, sino entender. Entender es posible, eso es lo que hay que entender. Para quien entiende cómo funciona el mundo, cualquier suceso es entendible pues "así es el mundo". A buen entendedor, sobran palabras, reza el refrán. Siendo sinceros, los documentalistas sinceros solo pueden ver la realidad desde el entendimiento, y todas las películas son la misma película. El documental no explica el mundo, sino que lo recrea y lo crea. La causa de que el mundo sea así es que el mundo ES ASÍ. La única historia que hay para contar es la de el hombre viviendo su vida, y no hay más.

Al igual que mi profesor, ahora yo veo muy pocas películas. No puedo dejar de darme cuenta de que todas son la misma película. Las que hago yo sin duda lo son, yo mejor que nadie me doy cuenta de eso. Y en tranco de ser sincero, voy a dejar aquí un secreto: me retiré a la isla solitaria y me traje en la maleta unas pocas vivencias que recogí en el camino. Esas vivencias son hoy mi mundo propio, el único real. En medio del tedio diario, descubrí que lo único que me queda por hacer es combinar de forma, más o menos armoniosa, ese puñado de instantes que guardo en mi maleta. Según entiendo, eso se parecería a la creación.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio