martes, 24 de septiembre de 2013

Propuesta de atar las dos puntas de la vida (pasado, presente y futuro como un todo)

A quien corresponda (y tenga voluntad de ponerlo en práctica).
Pensando el mundo con mentalidad de documentalista, con el rescate de la memoria como forma de construcción de futuro, llegué a la siguiente idea práctica:

1- Visto que vivimos en un mundo manejado por personas en edad productiva (en términos económicos).

2- Por lo tanto, las etapas de la vida comprendidas fuera de ese período (niñez y vejez) resultan confinadas a espacios cerrados e incomunicados (guarderías y escuelas por un lado, donde los niños son educados y preparados con una función económico-productiva para su adultez, y asilos de ancianos, por otro, donde se confinan personas retiradas del sistema productivo, para esperar más o menos apaciblemente la llegada de la muerte).

3- Siendo que, en verdad, lo único cierto, es que la vida se trata de vivir (o de morir, que es lo mismo).

4- Y que una vez que comprendemos esto todo lo demás adquiere otro sentido, mucho más rico y complejo.

5- ¿No sería enriquecedor incorporar esta idea de vida=muerte desde el comienzo de la vida, en vez de intentar ocultarla entre cuatro paredes, y exponerla ante aquellos a quien más protegemos de ella?

Por lo tanto, propongo: incluir en las visitas escolares y pre-escolares los asilos de ancianos, así como la visita de ancianos a escuelas y guarderías barriales.

Las dos puntas de la vida se hallan totalmente separadas una de la otra, con una sociedad productiva de por medio que sufre las consecuencias de este descuartizamiento de la propia existencia, en antojadizas catalogaciones de acuerdo a la utilidad económica. Si la vida se trata de vivir, justamente quienes más han vivido tienen muchas cosas para enseñar. Quienes todavía apenas han vivido, tienen todo para aprender, y muchas razones para que los que pronto se irán, lo hagan con la satisfacción que otorga el haber sido útiles hasta el último momento. Esto se llama vivir y morir dignamente. Y no cuesta dinero.

1 comentarios:

A las 24 de septiembre de 2013, 15:00 , Blogger Kun FU ha dicho...

Se me ocurre comentar que en Uruguay es especialmente marcada la separación entre niños y viejos. Sin haberlo estudiado detenidamente, podría arriesgar que esta condición se debe al país de inmigrantes. Es casi seguro que la gran mayoría de las familias, en alguna generación, se haya roto el contacto con quienes quedaban en casa. Además de esta pérdida de contacto piel a piel con las raíces afectivas, se agravaba con la necesidad imperiosa de abrirse paso en el mundo y salir adelante, condición implícita de la inmigración económica, la que arribó a estas costas. Uruguay sufre un tremendo problema de desarraigo.

 

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