El triunfo del arte
Hurgando por la antigüedad clásica, y a propósito del papel de la
filosofía como detonante clave de la caída de Grecia, me topé con la
siguiente frase: "En buena medida, el patriotismo cedía el paso al
individualismo, lo que significaba al mismo tiempo que la mente humana
alcanzaba nuevas cumbres en el ámbito del espíritu... Estado y
civilización perdieron su unidad tradicional, y eso hizo posible que
quienes no eran griegos aceptaran la civilización griega como la
civilización de la humanidad". El desarrollo del pensamiento conduce
al aniquilamiento del estado, ya sea interno o por fuerzas "bárbaras"
del exterior. Pero el invasor tampoco permanece impermeable a la
cultura/civilización de su invadido. Tal es el derrotero de la
cultura, tempestuoso pero destinado a la victoria. Como afirma Sábato,
el filósofo descubre los problemas del hombre, pero es el poeta quien
los traduce a un idioma entendible. Detrás de un artista debe estar
siempre el filósofo, y no necesariamente al revés. El poder bien sabe
que el pensamiento es el arma más poderosa y por eso pretende
comprarla. La cultura oficialista resulta tan falsa y repugnante como
aquella que se le opone. No existe ninguna balanza a equilibrar:
trabajamos los artistas para equilibrar algo? ¿O lo hacemos para dar
rienda suelta a nuestra esencia? El arte es simplemente el ejercicio
de la libertad. Quien pretenda plantar lucha desde el arte estará
trabajando para el enemigo.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio