martes, 4 de octubre de 2011

En post no se arregla nada


Mi casa del bosque está casi pronta. A la hora de empezar y hablar con un par de constructores decidí emprender la aventura yo mismo (con dos amigos, cero experiencia los tres). Dando por sentado que, al menos, no se me iba a derrumbar por un tiempo, me ví seducido por la idea de enfrentarme a desafíos desconocidos para mi. Los profesionales estaban demasiado estructurados y se resistían a cualquier idea innovadora, fruto del entusiasmo y mi no pertenencia al gremio. Hoy, cada una de las torceduras y falsas escuadras son mi orgullo (aunque reconozco que hubiese armado un escándalo si se tratara de un trabajo encargado). Con todo, es la casa más linda en kilómetros a la redonda. Aprendí mucho, muchísimo, pero... me convierte eso en un constructor de casas? Ayer, y como bastante a menudo, me encontré en la ciudad con un conocido quien me comentó "ya no hago más producción, ahora soy director de fotografía". Puede ser, bueno, como también es posible que me presente como "Gabriel el constructor". A diario me entero de jóvenes que salen de sus escuelas de cine y se montan productoras para hacer comerciales para el exterior, ex telefonistas reconvertidas a "productoras ejecutivas", y todo un mundo que me sospecho bastante hueco. Otro amigo me contó hoy la siguiente historia: hace unos años, un camionero le pidió a un gringo de una producción extranjera una copia del guión. ¿Para qué?- preguntó el gringo. Para ver cómo va el orden así voy adelantando y voy trayendo las luces- contestó el camionero uruguayo. ¿Usted sabe fotografía?- se asombró el gringo. Cualquiera sabe fotografía!- remató mi compatriota.

Parecería ser que el ver cómo se hace da autoridad para hacerlo. Un pasaje por el estilista para despeinarse y unas gafas de las larguitas de marco grueso es el kit perfecto para convertirse en director. Uruguay tiene un gran problema, tremendo: la falta de respeto a los años y la trayectoria. En cualquier disciplina, la maduración del artista va encadenada a la maduración como persona. La experiencia de vida es imprescindible y la única forma posible de cavar profundo en la búsqueda artística. Y la experiencia de vida, por lo general, se enriquece con el paso de los años. Hago un rápido repaso mental y no encuentro en mi país un solo ejemplo en el cual los viejos sean ejemplo. Carecemos de modelos. Todos nos construímos nuestra casa y todos nos creemos constructores. Es imprescindible inculcar en nuestras escuelas de cine que, a lo sumo, habremos aprendido a que debemos salir al mundo a aprender, exprimirlo y bebérnoslo hasta la última gota. Que el arte es un camino lleno de piedras; que no tiene nada que ver con logos, ni luces, ni pelos parados o alfombras rojas. Que es un andar solitario y sin carteles indicadores, pero que, si asumimos el reto, estaremos abriendo camino para otros compañeros que quedan atrás haciendo el pan que nos alimenta y la ropa que nos abriga.

3 comentarios:

A las 29 de agosto de 2012, 2:51 , Anonymous Eliadys Sayalero ha dicho...

eQué maravilloso este texto!no es Uruguay, parece que hablaras de mi país, Venezuela. En un mes cumpliré 40 años y siempre pensé que esta carrera la había comenzado sólo hace diez. Después de algunos documentales, apenas siento que ahora comienzo a comprender mi oficio, que apenas ahora me asombro con las cosas más mínimas de cada día, y que apenas ahora me deshice del equipaje para comenzar a volar. Me siento tan identificada con tus palabras. Tengo una necesidad inmensa de un bosque y una cabaña. Lo pienso todos los días "estoy ansiosa de verde y olor a tierra mojada". Es lo único que necesito para ejercer mi oficio. Gracias por tu blog. Gracias.

 
A las 29 de agosto de 2012, 2:52 , Anonymous Eliadys Sayalero ha dicho...

Qué maravilloso este texto!no es Uruguay, parece que hablaras de mi país, Venezuela. En un mes cumpliré 40 años y siempre pensé que esta carrera la había comenzado sólo hace diez. Después de algunos documentales, apenas siento que ahora comienzo a comprender mi oficio, que apenas ahora me asombro con las cosas más mínimas de cada día, y que apenas ahora me deshice del equipaje para comenzar a volar. Me siento tan identificada con tus palabras. Tengo una necesidad inmensa de un bosque y una cabaña. Lo pienso todos los días "estoy ansiosa de verde y olor a tierra mojada". Es lo único que necesito para ejercer mi oficio. Gracias por tu blog. Gracias.

 
A las 29 de agosto de 2012, 3:38 , Blogger Kun FU ha dicho...

Gracias Eliadys. Hacía tiempo que no lo leía, está bueno, no? Y qué lindo leerlo en mi casa, ya terminada. Saludos!

 

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio