martes, 25 de octubre de 2011

Un taller diferente

¿Nunca te pasó de ir a un evento de documental (cualquiera sea) y salir con un saborcito amargo? ¿Que vas con todas las ilusiones de hacer volar tus ideas y disparar tu proyecto al cielo y te encontrás con una pared de agendas y relojes? Ganes o no alguno de los premios. Nuestro proyecto somos nosotros mismos y el encuentro con nuestros sueños e ideas debe ser una ceremonia. ¿Y no te pasa que mil veces te prometés que te vas a meter de lleno en tu peli y mil veces no lo lográs? "Estoy a mil", "ando como loc@", "termino esto y zafo"... Y es lo único que DE VERDAD te interesaría hacer.

"Nuestro proyecto somos nosotros mismos". ¿Cuándo fue la última vez que estuviste tranquil@, que viste tus ideas y las saboreaste? Que viviste tu ceremonia...

Pensando en estas cosas se me ocurrió una idea que estoy seguro entusiasmará a más de uno.

Veámonos como un un árbol. El tronco somos nosotros y las ramas nuestras ideas. Para expander nuestras ideas (y no caer en el intento) debemos primero ampliar y profundizar nuestras raíces.

¿Lo hacemos?
¿Lo hace nuestro proyecto?
¿Es realmente lo mejor que podemos dar?
¿Nos hemos dedicado enteramente, con todo el corazón a nuestra película?

Tengo una cabaña en medio de un bosque mágico, con una playa desierta al fondo. Pesco con red en el mar, cocino con leña, me rodean los pinos y las águilas... Imaginen, tres o cuatro días, piel con piel con los elementos y un viaje de regreso a las raíces. Ofrezco como resultado la vuelta a casa con un proyecto GENUINO.
Armemos grupos de no más de tres. Creemos en libertad, cavemos hondo y atrapemos la esencia. Crezcamos entre todos.

Si vivís en Uruguay, o si estás de paso, escribime.

lunes, 24 de octubre de 2011

Documental poético

Una batalla más es la que se libra en el terreno de la dialéctica; dime quién lo dice y te diré qué significa. Aunque suelo llamarlo "documental creativo", la palabra creativo siempre me molestó; últimamente utilizo "documental de autor". Es que la palabra creatividad, en el medio audiovisual, ha pasado a identificarse con lo publicitario (al igual que originalidad, impacto, y otras). Por esto, nos hacemos la idea de que creatividad es lo necesario para vender una lata de tomates o un auto. Según el diccionario, creatividad es la facultad de crear. Nada más concreto, ni más sublime. Yendo más allá, tampoco creo que ni documental creativo ni documental de autor sean los términos más adecuados. He visto muchas películas de este género e, invariablemente, más allá del tema tratado, lo que las une a todas es su calidad poética. Debería, por lo tanto, llamarse documental poético.

lunes, 10 de octubre de 2011

¿200 años de qué?

Veo por internet que en este momento hay unos recitales en el centro. Parece que está lleno de gente. Se festejan los 200 años del comienzo de la gesta independentista (no me queda claro). No sé bien, pero se pusieron de acuerdo para no perderse el tren de festejos de los otros países que hay por allí en el continente. ¿Y qué se festeja? ¿La independencia? ¿Independencia de qué? Yo no soy independiente. Mis vecinos están anulados como personas; son esclavos autómatas. Y yo, aunque lo intento, por más que luche estoy enredado en esta maraña que se llama Uruguay. Aunque da lo mismo, podría llamarse Argentina, Chile, o Latinoamérica, o vaya a saber qué. Estamos celebrando el comienzo del seguir como estábamos. ¿Cuándo vamos a decir BASTA? ¿Cuando vamos a tomar cada uno nuestras vidas por las riendas y vivirlas libres? Sacudámonos las pulgas como los perros. Seamos perros, y ya no pulgas.

domingo, 9 de octubre de 2011

¿Por qué hago cine?

Hago cine por la posibildad que me brinda de jugar con el tiempo. La narrativa cinematográfica permite saltar de un barco de piratas del siglo XVI a un planeta lejano dentro de miles de años en un corte. Con el cine puedo acompañar el vuelo de un pato dentro de la bandada que cruza el lago o hacer eterna una mirada. El cine no es un invento técnico al que luego se le creó un lenguaje; es para ciertos hombres una forma de ver el mundo. Me siento frente al fuego y en una chispa asisto a la creación. Estoy haciendo cine todo el tiempo, así no tenga cámara.

jueves, 6 de octubre de 2011

Cómo aprender (o enseñar) documental de autor?

1- Salir a dar un paseo por la playa


2- Detenerse a ver cómo una huella es borrada por el agua (QUÉ)


3- Meditar sobre la hilera de huellas que se han dejado atrás (POR QUÉ).


4- Descubrir que siempre detrás de un QUÉ hay un POR QUÉ


5- Intentar contarle a un amigo de total confianza el QUÉ, sin perder de vista el POR QUÉ, pero sin revelarlo jamás.*


6- Hacer todos los días algo diferente, así sea cambiar el orden de nuestra rutina


7- Dedicar un rato al día para estar solo


8- Conversar sobre pequeñísimas cosas con nuestro amigo. Sobre todo escuchar.


9- Volver a la playa otro día y meterse en el agua a buscar la huella


10- Dejar volar la imaginación y seguir su dictado


*El POR QUÉ está en lo profundo de mi alma. Es intraducible a palabras, por lo tanto incomprensible para el otro. Debe permanecer en silencio, pero irradiando como una luz adivinada a través de muchas capas de seda. Abordar el POR QUÉ sería entrar en explicaciones, justificar y perder el misterio; la magia desaparecería como por arte de magia. Cualquier explicación es demasiado estúpida, ni nosotros mismos la creeríamos. Una huella en la arena debe ser un milagro.


martes, 4 de octubre de 2011

En post no se arregla nada


Mi casa del bosque está casi pronta. A la hora de empezar y hablar con un par de constructores decidí emprender la aventura yo mismo (con dos amigos, cero experiencia los tres). Dando por sentado que, al menos, no se me iba a derrumbar por un tiempo, me ví seducido por la idea de enfrentarme a desafíos desconocidos para mi. Los profesionales estaban demasiado estructurados y se resistían a cualquier idea innovadora, fruto del entusiasmo y mi no pertenencia al gremio. Hoy, cada una de las torceduras y falsas escuadras son mi orgullo (aunque reconozco que hubiese armado un escándalo si se tratara de un trabajo encargado). Con todo, es la casa más linda en kilómetros a la redonda. Aprendí mucho, muchísimo, pero... me convierte eso en un constructor de casas? Ayer, y como bastante a menudo, me encontré en la ciudad con un conocido quien me comentó "ya no hago más producción, ahora soy director de fotografía". Puede ser, bueno, como también es posible que me presente como "Gabriel el constructor". A diario me entero de jóvenes que salen de sus escuelas de cine y se montan productoras para hacer comerciales para el exterior, ex telefonistas reconvertidas a "productoras ejecutivas", y todo un mundo que me sospecho bastante hueco. Otro amigo me contó hoy la siguiente historia: hace unos años, un camionero le pidió a un gringo de una producción extranjera una copia del guión. ¿Para qué?- preguntó el gringo. Para ver cómo va el orden así voy adelantando y voy trayendo las luces- contestó el camionero uruguayo. ¿Usted sabe fotografía?- se asombró el gringo. Cualquiera sabe fotografía!- remató mi compatriota.

Parecería ser que el ver cómo se hace da autoridad para hacerlo. Un pasaje por el estilista para despeinarse y unas gafas de las larguitas de marco grueso es el kit perfecto para convertirse en director. Uruguay tiene un gran problema, tremendo: la falta de respeto a los años y la trayectoria. En cualquier disciplina, la maduración del artista va encadenada a la maduración como persona. La experiencia de vida es imprescindible y la única forma posible de cavar profundo en la búsqueda artística. Y la experiencia de vida, por lo general, se enriquece con el paso de los años. Hago un rápido repaso mental y no encuentro en mi país un solo ejemplo en el cual los viejos sean ejemplo. Carecemos de modelos. Todos nos construímos nuestra casa y todos nos creemos constructores. Es imprescindible inculcar en nuestras escuelas de cine que, a lo sumo, habremos aprendido a que debemos salir al mundo a aprender, exprimirlo y bebérnoslo hasta la última gota. Que el arte es un camino lleno de piedras; que no tiene nada que ver con logos, ni luces, ni pelos parados o alfombras rojas. Que es un andar solitario y sin carteles indicadores, pero que, si asumimos el reto, estaremos abriendo camino para otros compañeros que quedan atrás haciendo el pan que nos alimenta y la ropa que nos abriga.