viernes, 30 de julio de 2010

Deudas

Ya es casi el mediodía y continúa lloviendo. Llovió toda la noche, se desplomó el cielo. Muchos por aquí no habrán dormido; chapas insuficientes y goteras como espadas. Me costó mucho dormirme. Yo no hice nada. No puedo hacer mucho. Compromiso.

sábado, 17 de julio de 2010

Los caminos del viento (I)

No por casualidad mi última entrada la hizo Don Atahualpa Yupanqui. Es la primera vez que un extraño me visita y deja sus versos. Estoy comenzando un nuevo proyecto y metiéndome de lleno en él. Yupanqui dió el empuje inicial. Perdón, el viento. Ese viento que recorre el continente libremente, sin sures ni nortes, sino andando. El viento que recogió el canto de este hombre y que aún sigue desparramando esas "yapitas", según definiera el propio Ata, y que son las que continuarán recogiendo eternamente nuestros poetas. Estoy escuchándolo, al tranco cansado del hombre silente, ya viendo las montañas gigantes que me esperan. Un nuevo proyecto y, seguramente, la entrada a una nueva realidad que, pronto, será parte de mí. Es un momento muy especial, una especie de bautismo. Pronto partiré en un viaje que adivino como mágico. Es que voy a buscar magia, sin la cual no vale la pena hacer una película (y firmemente creo que vivir sin magia es una pérdida de tiempo). Me voy a recorrer gran parte de sudamérica, a agarrarme los trozos de canto de este viejo querido. Mi nuevo proyecto se llama "Los caminos del viento". Ya les iré contando.

martes, 13 de julio de 2010

DESTINO DEL CANTO

DESTINO DEL CANTO

Nada resulta superior al destino del canto.

Ninguna fuerza abatirá tus sueños,

porque ellos se nutren con su propia luz.

Se alimentan de su propia pasión.

Renacen cada día, para ser.

Sí, la tierra señala a sus elegidos.

El alma de la tierra, como una sombra, sigue a los seres indicados

para traducirla en la esperanza, en la pena, en la soledad.

Si tu eres el elegido, si has sentido el reclamo de la tierra,

si comprendes su sombra, te espera una tremenda responsabilidad.

Puede perseguirte la adversidad, aquejarte el mal físico,

empobrecerte el medio, desconocerte el mundo,

pueden burlarse y negarte los otros,

pero es inútil, nada apagará la lumbre de tu antorcha,

porque no es sólo tuya.

Es de la tierra, que te ha señalado.

Y te ha señalado para tu sacrificio, no para tu vanidad.

La luz que alumbra el corazón del artista

es una lámpara milagrosa que el pueblo usa

para encontrar la belleza en el camino,

la soledad, el miedo, el amor y la muerte.

Si tú no crees en tu pueblo, si no amas, ni esperas,

ni sufres, ni gozas con tu pueblo,

no alcanzarás a traducirlo nunca.

Escribirás, acaso, tu drama de hombre huraño,

solo sin soledad ...

Cantarás tu extravío lejos de la grey, pero tu grito

será un grito solamente tuyo, que nadie podrá ya entender.

Sí; la tierra señala a sus elegidos.

Y al llegar el final, tendrán su premio, nadie los nombrará,

serán lo "anónimo",

pero ninguna tumba guardará su canto ...


Atahualpa Yupanqui